Cómo influyen los alimentos en la acción de los fármacos

Probablemente te hayas dado cuenta de que, si lees el prospecto de los medicamentos que tomas, con suma frecuencia encontrarás un apartado que estará dedicado a cómo el medicamento en cuestión interactúa con otros medicamentos o también sobre su capacidad para alterar la absorción de nutrientes, provocando ligeros trastornos digestivos. Lo que es difícil de encontrar, no obstante, es información sobre cómo los alimentos pueden influir en la acción de los medicamentos, bien sea reduciendo o potenciando la capacidad de actuación del tratamiento farmacológico.

Estas interacciones pueden ser prevenidas con facilidad a partir de la actuación conjunta de los especialistas sanitarios, es decir, médicos, farmacéuticos y nutricionistas o dietistas, quienes deberán estar familiarizados con las interacciones que pueden existir entre fármacos y ciertos alimentos y/o nutrientes, de manera que puedan ser evitados.

Qué medicamentos suelen interactuar con los alimentos

Entre los fármacos con mayor probabilidad de que causen una interacción al ser ingeridos junto a ciertos alimentos están la warfarina, la fenitoína, hipoglucemiantes orales, antihipertensivos, digoxina o los contraceptivos orales, es decir, aquellos que tienen una dosis terapéutica recomendada que se aproxima a la dosis que estaría considerada como tóxica.

También están los fármacos que requieren de una alta concentración sostenida en sangre para que su actuación sea eficaz, como es el caso de los antibióticos, que requieren unos niveles plasmáticos que sean constantes a lo largo de la duración del tratamiento.

Qué alimentos suelen influir en el efecto de los medicamentos

A continuación, separaremos los alimentos que incluyen en el efecto de los medicamentos en función de la influencia que tengan sobre éstos. De esa manera, encontraremos que hay alimentos que:

Disminuyen la absorción de los medicamentos

Se trata de, por ejemplo, aquellos alimentos que contienen vitamina K, como remolacha, espinacas, coles, acelgas o brócolis, que reducen considerablemente la eficacia de los anticoagulantes orales. Algo parecido pasa con las proteínas, que hará que el tratamiento de la enfermedad del Parkinson sea mucho menos efectivo, por lo que el paciente deberá eliminar las proteínas de su dieta, incluyéndolas únicamente en la cena. Y lo mismo sucede con las grasas y el tratamiento del SIDA.

Los lácteos también pueden disminuir la absorción de los antibióticos o las penicilinas de carácter oral, por lo que se recomienda que existan al menos dos horas entre que se consumen los lácteos y el medicamento. Y el ajo hace que se reduzca el nivel plasmático del tratamiento del VIH, el saquinavir.

Potencian la absorción de un medicamento

El zumo de naranja suele ser beneficioso a la hora de aumentar la absorción de los complementos de hierro, por lo que se recomienda en casos de anemia de hierro y también durante el embarazo. No obstante, no sucede lo mismo con el ajo, que potencia la acción de los anticoagulantes orales, haciendo que el riesgo de sufrir una hemorragia aumente de manera considerable.

Bloquean la absorción de un medicamento

Aquellos alimentos que pueden llegar a provocar un bloqueo de ciertos medicamentos son, por ejemplo, el regaliz, que hará que ciertos diuréticos y antihipertensivos sean ineficientes. Sucede lo mismo con el , que impide que los suplementos de hierro se absorban. Además, siempre se recomienda no tomar alimentos muy calientes, puesto que el calor también está directamente relación con el bloqueo de la acción de los fármacos.

Consejos para tomar alimentos y medicinas

Se recomienda, con anterioridad a la ingesta de algún medicamento, preguntar al facultativo sobre su interacción con los alimentos y leer el prospecto para ver si existe alguna información al respecto en el mismo. Además, se debe tener en cuenta que todos los medicamentos deberían ser tomados con abundante agua, ya que ésta mejora la absorción de los fármacos. Por supuesto, no es recomendable cambiar agua por bebidas de carácter gaseoso, tés, cafés o zumos, que podrán influir en los jugos gástricos y provocar reacciones adversas.

En el prospecto suele indicar si el medicamento deberá ser ingerido en ayunas (sin ingerir alimentos una antes de la ingesta y unas dos horas después de la misma), alejado de las comidas (al menos media hora antes de comer o dos horas después de alimentarse) o con alimentos (durante la comida o justo después), por ello, te recomendamos que le prestes especial atención.