Miedo a la sangre: qué es y cómo superarlo

La fobia a la sangre es una de las más normales entre la población. Es verdad que muchos sentimos desagrado, mareos o asco cuando vemos sangre, pero la fobia va mucho más allá; es el miedo irracional de siquiera pensar en sangre. Lo anterior puede generarnos un temor tan profundo que evitamos estar cerca de cualquier situación asociada a la sangre o que pueda hacerla aparecer de una u otra manera.

Comúnmente denominada Hematofobia, las personas que la padecen siente pavor a cualquier clase de procedimiento médico que implique sangre. Esto se puede convertir en un problema, ya que este tipo de intervenciones son comunes a lo largo de nuestra vida, y en caso de que tengamos hijos es normal que estos sufran pequeños accidentes que involucren sangre, para lo cual debemos estar preparados.

Causas

Algunas personas desarrollan Hematofobia debido a sucesos traumáticos de su vida: accidentes, heridas profundas, traumas ocasionados por la muerte de alguien cercano. Estas situaciones generaron una huella tan profunda en ellos que a la larga dejaron cicatrices psicológicas, una de ellas puede ser el miedo a la sangre como mecanismo para prevenir futuras heridas.

También suele asociarse a la hipocondría, que es un trastorno donde la persona creen tener diferentes enfermedades sin padecer, realmente, de ninguna de ellas. En estos casos, el miedo a la muerte acrecienta dicha patología, logrando que quien la padece sienta un profundo miedo a ser herido y por tanto, cuando ve sangre, por lo común experimenta todos lo síntomas de la Hematofobia.

¿Cómo superar la Hematofobia?

Superar una Fobia a la sangre no es tarea fácil. A veces toma años llegar a una recuperación completa e incluso cuando se ha llegado a ese estado, siempre está el miedo a recaer. Sin embargo, no debe dejar de intentarse superar el temor, pues esto hará que tu calidad de vida sea mejor, que puedas relacionarte en un entorno normal, además de prepararte para las vicisitudes que trae la existencia.

Si lo que quieres es superar la Hematofobia, existen algunos ejercicios que te pueden ayudar. Apenas sientas que los síntomas de la fobia comienza a apoderarse de ti siéntate, ya que, en caso de desmayo, esto evitará que te hagas algún daño físico. Una vez sentado pon tus manos encima de las piernas y aprieta los puños por más o menos quince segundo; luego suelta la presión y relaja el cuerpo, esto ayudará a que tus músculos liberen tensión.

Del mismo modo tensa todos los músculos de tu cuerpo: piernas, pies, brazos, pecho, abdomen. Luego relaja. Haz estos ejercicios varias veces durante un tiempo relativamente prolongado, cuando termines levántate y sacude tu cuerpo. Al finalizar verás cómo el miedo ha desaparecido, los mareos son cosa del pasado y ya no piensas en la sangre.

Otro consejo para superar tus temores es el contacto con la sangre. Aunque suene un poco contradictorio, ya que puede generarte un ataque de ansiedad, una terapia de shock puede llegar a aliviar tus miedo debido a que el contacto directo te hará entender que el miedo es irracional, que la sangre no significa ninguna clase de daño, que tú eres dueño de tu tranquilidad.

Consecuencias

Debido a este miedo la calidad de vida puede verse muy mermada. Las personas con Hematofobia tienen muchos problemas a la hora de realizarse exámenes médicos como los análisis de sangre, lo que imposibilitaría encontrar graves enfermedades que solamente pueden ser localizadas de esta manera; incluso una ida al dentista, algo que todos dan por hecho, puede volverse un calvario para este tipo de individuos.

Como ya se dijo anteriormente una personas con este trastorno puede no ser capaz de actuar cuando se pida su ayuda, como en el caso de un accidente que involucre sangre. Del mismo modo, estos individuos se pueden ver incapaces de realizar actividades donde ellos tengan un mínimos de peligro.

En definitiva, se debe entender que esta clase de fobias son necesarias de manejar. Existen muchas maneras, hay un sin número expertos que te pueden brindar su ayuda. Lo importante es no dejarse manejar por el miedo y seguir adelante.