La Fiebre Mediterránea Familiar es aquella enfermedad que se produce a causa de una mutación genética que se da en el gen MEFV y que se encuentra íntimamente relacionada con los procesos inflamatorios de nuestro cuerpo. Al no poderse regular la inflamación, son habituales los procesos en los que el paciente sufre fiebre, entre otros síntomas, que son importantes conocer para tener un diagnostico eficaz con el que se pueda tratar al afectado. En esta guía hemos querido recoger los síntomas más habituales que se relacionan directamente con la Fiebre Mediterránea Familiar, como también la forma de diagnosticar a estos pacientes.
Síntomas de la Fiebre Mediterránea Familiar
En esta enfermedad son habituales los procesos en los que el paciente sufre constantemente periodos de mucha fiebre. Suelen durar un par de días, tres como mucho, y vuelve a calmarse el dolor hasta el próximo periodo que suele ser una semana después en casos más graves, siendo lo normal que se den etapas en los que no se sienta dicha fiebre o inflamación para dar procesos en los que se sufre bastante más.
Los factores que pueden hacer que estos síntomas aparezcan repentinamente son la ansiedad, cuando estamos expuestos a mucha tensión o un estrés, ya sea físico, con ejercicio intenso, o incluso psicológico, cuando estamos esperando unos resultados académicos o hay algo que no nos deja dormir por las noches. También se ha comprobado que para muchas personas las infecciones y la menstruación también pueden desembocar en uno de estos síntomas.
La fiebre que se produce en este tipo de pacientes es elevada, pudiéndose comprobar con un termómetro que ha subido muchos grados de temperatura corporal lo que hace que la persona no quiera moverse o levantarse de la cama.
En muchas ocasiones estas fiebres vienen acompañadas de dolores que se sitúan en la zona abdominal y que pueden dar a pensar que se trata de una mala digestión, pero sin embargo es un síntoma claro de una Fiebre Mediterránea Familiar, tal y como leemos en este artículo de la FMF, donde nos comentan también que puede venir precedido el dolor con vómitos o periodos de estreñimiento.
Otro de los síntomas que suele indicar que se sufre FMF es un fuerte dolor en el pecho junto con una tos seca. Como hemos anunciado anteriormente, suele venir acompañada de la fiebre, por lo que es muy habitual diagnosticarla de manera conjunta.
Por lo general, el paciente que sufre esta enfermedad, en los periodos en los que hace su aparición, siente su cuerpo sin fuerzas ni energía, notándose dolores musculares por todo el cuerpo, que pueden venir también con inflamación de las articulaciones. Todo este dolor y molestias causa que el afectado por la Fiebre Mediterránea Familiar tenga falta de sueño, cambios de humor bastante generalizados junto con cuadros típicos de depresión.
Síntomas menos frecuentes
Hay otros síntomas que pueden darse, sin embargo, no son tan frecuentes como los arriba descritos, pero que merecen mención ya que pueden ayudar a mejorar el diagnóstico con el especialista. Entre estos se encuentran el dolor de cabeza, la conjuntivitis o dolor en los ojos, otitis y también la aparición de llagas en la boca e incluso en la propia garganta.
Diagnóstico de la Fiebre Mediterránea Familiar
A la hora de diagnosticar la FMF, se da la problemática de que hay otras enfermedades que pueden llegar a tener los mismos síntomas o muy parecidos, por lo que el especialista debe comprobar muy bien durante un tiempo prolongado qué es lo que le ocurre al paciente y si todos los factores señalan a que realmente se trata de la Fiebre Mediterránea Familiar y no otra enfermedad parecida. Otro problema que se suele encontrar a la hora de su diagnóstico es que el médico no la conozca, o conozca muy poco sobre ella, por lo que puede recetar cualquier tipo de fármaco que intente paliar algunos de los síntomas, pero no atacar directamente a la enfermedad.
En España se puede saber si se es portador de este gen mutado por medio de un análisis clínico que realiza el propio sistema público de salud. En estos casos es un médico especializado en FMF el que analiza las muestras en busca de la mutación del gen MEFV y dictamina si en efecto, se sufre de dicha enfermedad, y cuáles son los tratamientos a seguir.